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EL JURADO
El jurado de la XIV Biennal Mostra d'Art Contemporani Català 2004. De izquierda a derecha: Josep Canals, Director de la Bienal y miembro de la associación Art Catalunya; Josep Bufill, crítico de arte del diario La Vanguardia; Joaquim Chancho, pintor; Carme Molet, pedagoga del Museu Morera de Lleida; Ricard Planas, director de la revista BonArt de Girona; y Josep Roy, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. |
El jurado de la XIV Biennal Mostra d'Art Contemporani Català 2004. De izquierda a derecha: Josep Canals, Director de la Bienal y miembro de la associación Art Catalunya; Josep Bufill, crítico de arte del diario La Vanguardia; Joaquim Chancho, pintor; Carme Molet, pedagoga del Museu Morera de Lleida; Ricard Planas, director de la revista BonArt de Girona; y Josep Roy, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.
MOSTRA D'ART CONTEMPORANI CATALÀ
La Biennal Mostra d’Art
Contemporani Català procura cumplir una función que es necesaria.
Es la misma función que en otros tiempos cumplían los salones
de otoño de París y otras exposiciones colectivas organizadas
en otras ciudades con el mismo objetivo: dar a conocer a las nuevas generaciones
de artistas plásticos, y especialmente las aportaciones innovadoras o
con mayor vocación innovadora. En Barcelona, por ejemplo, se intentó
algo similar hace unos veinticinco años, pero aquel Saló de Tardor
no tuvo continuidad. Sí la ha tenido, en cambio, esta manifestación
bienal e itinerante que se celebra desde 1977, por iniciativa de Canals-Galeria
d’Art, de Sant Cugat, y que ahora llega a su XIV edición.
A lo largo de estos años, la Biennal ha adquirido ya una cierta responsabilidad
en lo que se refiere a la difusión del arte joven realizado en Catalunya
y Andorra (por artistas no necesariamente nacidos en estos países). Pensamos
que la responsabilidad es aun mayor en un momento como el actual, cuando las
artes, la cultura e incluso la sociedad de consumo en general viven en una cierta
confusión, cuyas causas son diversas. Entre estas causas hay que señalar
la cantidad excesiva de propuestas “artísticas” y de información
y las distorsiones que producen el mercado y las instituciones con sus objetivos
y sus promociones, distorsiones interesadas que pueden tener un carácter
populista o, por el contrario, presuntamente elitista y esnob, pero que en cualquier
caso caen en el prejuicio excluyente. En el ámbito de las artes plásticas
y visuales, excluyen opciones y aportaciones muy válidas, artistas y
obras importantes, con el fin de beneficiar sólo a unas determinadas
firmas y opciones no ya ideológicas, sino comerciales y estéticas.
El carácter de esta Biennal se basa en unos límites y en una libertad. Límites de espacio geográfico (residencia en Catalunya o en Andorra) y de edad (artistas menores de 35 años al iniciarse el año 2004). Y libertad de estilos, técnicas, soportes y contenidos. Este criterio inclusivo, ecléctico, es otro factor que la distingue. El jurado no ha pretendido imponer unas limitaciones a la noción de lo contemporáneo identificándolo sólo con determinados soportes y contenidos (instalación en tono sociológico o conceptual, o fotografía en gran formato, o pintura abstracta o figurativa, etcétera). El jurado ha evitado conscientemente cualquier tipo de actitud excluyente no basada en criterios de excelencia, cualquier clase de prejuicio política o estéticamente correcto.
En el arte actual, el que realizan las generaciones más jóvenes, hay libertad y por ello variedad, y esta exposición lo refleja. De los 17 artistas seleccionados en la Biennal, cinco exponen pinturas abstractas o figurativas, tres presentan vídeos, tres instalaciones objetuales, dos fotografías, uno esculturas a modo de instalación, uno dibujo, uno fotografías y fotocopias y uno un conjunto de dibujos, fotos y luz. En la selección no se ha buscado ninguna clase de equilibrio (cuotas femeninas y masculinas, ni de técnicas, estéticas u otro tipo). El equilibrio, sin embargo, se ha producido de un modo natural, atendiendo simplemente a un criterio que no llamaremos de calidad porque este término se presta al equívoco (cuando se confunde con el virtuosismo técnico, por ejemplo), pero sí a un criterio de excelencia. Son las mejores aportaciones realizadas con vocación innovadora de cuantas se presentaron a esta XIV edición.
El jurado